En el caso de los niños, los celos suelen aparecer con el nacimiento de un nuevo miembro en la familia.
Puede ser que durante el embarazo entienda que va a tener que compartir y cuidar a su nuevo hermanito, pero en muchas ocasiones todo cambia cuando se pasa de imaginarlo a tenerlo en el punto de mira.
Un niño no entiende muy bien el por qué ha de compartir con otro niño, cuando hasta entonces era todo suyo.
Lo que tampoco suelen entender es que ahora sus papás tienen un poquito de menos tiempo para atenderle como antes, debido a la atención que han de propiciar también al bebé. Los niños se sienten menos deseados, menos cuidados, con falta de afecto, aunque no sea así, por supuesto, pero son niños y debemos entenderles.
También es verdad que hay veces que no son los padres los que actúan mal con el niño, si no las personas de fuera. Me explico, antes el niño iba con sus padres de paseo, se encontraban a una vecina y enseguida le decía cosas a él, pero ahora es al contrario, se para con el bebé, al mayor no le dice nada y si lo hace es la típica pregunta”¿te gusta tu bebé?”, o la pregunta para los padres”¿tiene celos?”. Esto último no se debe hacer nunca delante del niño. Ya se ve como una obligación el que el niño tenga que tener celos, y siempre alguien ha de ver un comportamiento así por parte del niño.
Alguna persona muy sabia me dijo alguna vez, pongámonos en su situación. Imaginemos que nuestra pareja de momento tiene otra pareja, y aunque no nos guste no nos queda otra que aprender a vivir con ello e incluso con ella. ¿Cómo nos sentiríamos?,celosas seguramente y lo pasaríamos muy mal. Algo así es lo que les ocurre a los más pequeños y debemos entenderlos.
Hay muchas formas por parte del niño de demostrar sus celos, son todos los comportamientos llamadas de atención, como volver a hacerse pipí, hablar de nuevo como un niño más pequeño, patalear, no hacerle caso al nuevo bebé,…
Como orientaciones para los padres propongo las siguientes:
+ No debemos hablar de los celos a alguien cuando el niño esté presente.
+ No enfadarse con el niño por la conducta que tome.
+ No hacer los padres comparaciones entre los dos hijos delante del niño, le haría sentir peor todavía.
+ Valorar al niño más todavía que antes, pudiendo así aumentar su autoestima y así podrá superar el niño algunas situaciones en las que se encontrara en desventaja.
+ Crear situaciones en las que pueda colaborar él también, por ejemplo, a la hora de cambiar al bebé, de comer, algo en lo que pueda ayudar un poco a mamá y a papá.
+ No dejar al niño de lado en ningún momento, ni siquiera cuando vamos por la calle y se paran solamente con el pequeño.